Un Nóbel de Economía muy oportuno
Douglas Salamanca*
Las noticias relativas al premio Nobel de Economía resultaron este año más interesantes que en los años anteriores. Mientras en el pasado hemos visto recaer la presea en investigadores que estudian temas sumamente técnicos y abstrusos, el de este año recayó sobre un trío de estudiosos de un problema acuciante, como es el desempleo.
Resulta que Peter Diamond, uno de los tres galardonados, había sido propuesto por Barack Obama al directorio de la Reserva Federal estadounidense, pero su nombramiento se vio obstaculizado por un solitario legislador republicano, quien declaró que lo consideraba incompetente para ese delicado cargo. Pero el veterano profesor del MIT se rió por último, al ganar este lunes pasado el premio Nobel de Economía 2010.
Por otra parte, se da la casualidad de que Diamond alguna vez fue mentor de Ben Bernanke, quien es el actual titular de la Reserva Federal, que en Estados Unidos hace las veces del Banco Central.
“¿Por qué hay tanta gente sin trabajo si al mismo tiempo hay numerosas ofertas de empleo? ¿Cómo la política económica influye sobre el desempleo? Los laureados de este año desarrollaron una teoría que puede ser utilizada para responder a estas cuestiones“, explicó el Comité Nobel en un comunicado.
Sin embargo, no ha faltado un pelo en la sopa, como ha señalado ya la corresponsal en Suecia del diario español El País. Diamond, de 70 años, y profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, alega en sus trabajos académicos que “cuanto más importantes son los subsidios por desempleo, más elevado es el índice de desempleo y más larga es la duración de la búsqueda” de un nuevo trabajo. Esto se puede interpretar, y de hecho se ha interpretado inmediatamente, como una justificación a los recortes de subsidios a los desempleados (conocido en Estados Unidos como “welfare”), por parte de los gobiernos de los países desarrollados.
Ese trabajo de análisis citado antes probablemente fue el principal motivo por el cual el presidente Barack Obama decidió designar a Diamond para uno de los siete puestos en el directorio de gobernadores de la Fed y su Comité Federal, que fija las tasas básicas de interés, influyendo por esa vía sobre la actividad económica y la inflación.
Diamond es ampliamente considerado una autoridad mundial en análisis laboral, pero el senador republicano de Alabama, Richard Shelby, bloqueó su designación en agosto.
“El profesor Diamond es una autoridad en política tarifaria y seguridad social“, dijo Shelby al diario The Washington Post. “No está claro, no obstante, que sus antecedentes sean ideales para la política monetaria, especialmente teniendo en cuenta los actuales desafíos que enfrenta la Fed“, agregó. Hoy en día se hace evidente que Shelby estaba desinformado. Muy probablemente se ha de sentir ahora sumamente abochornado de sus declaraciones. Aún en los Estados Unidos, un Nobel es un aval que desautoriza cualquier impugnación en contra de su receptor.
“Esos desafíos son exactamente el motivo por el cual lo necesitaba el gobierno”, dijo nada menos que Paul Krugman, también premio Nobel de Economía. Es decir, que las investigaciones de Diamond y sus asociados son de gran importancia coyuntural.
En una columna publicada en el New York Times, Krugman describió a Diamond como autor del “trabajo fundamental sobre todo el tema“ de la relación entre el desempleo y la tasa de empleo.
Ese es un tema que ya había, de alguna manera, abordado el famoso economista John Maynard Keynes en su reconocida obra “Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, publicada en 1936, en la cual relaciona el nivel de empleo alcanzable por una economía como una variable supeditada a otras variables macroeconómicas, como lo son la tasa de interés, la cantidad de circulante, el nivel de inversión pública y las políticas monetarias. Keynes (1883 -1946), considerado uno de los fundadores de la macroeconomía moderna, fue un economista británico, cuyas ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías económicas y políticas modernas, así como también en las políticas fiscales de muchos gobiernos. El señalaba también un vínculo específico entre la producción, el consumo y los niveles de empleo. De acuerdo a Keynes, la existencia de niveles de sobreproducción en la economía, ante la inexistencia de compradores, hacen que los inversionistas aminoren sus niveles de producción, y por lo tanto reduzcan su contratación de personal.
Keynes y sus seguidores de la postguerra destacaron no sólo el carácter ascendente de la curva de oferta, en contraposición con la visión clásica, sino además la inestabilidad de la demanda agregada, proveniente de los shocks ocurridos en mercados privados, como consecuencia de los altibajos en la confianza de los inversionistas.
Por cierto, ya Keynes en su libro citado había cuestionado los supuestos implícitos en la teoría económica clásica, afirmando que estos no se cumplen nunca en la realidad, impidiendo por lo tanto, al aplicarse, la solución de los problemas que se presentan en la práctica.
La Casa Blanca, que lucha por hacer descender el desempleo, que se resiste a bajar de 9.6%, sigue apoyando la candidatura de Diamond a la Fed y Obama lo postuló nuevamente para el cargo el pasado 13 de septiembre.
La elección de los ganadores del Nobel, dos estadounidenses y un británico, se produce en medio de crecientes presiones sobre los gobiernos para que revisen sus políticas laborales, luego de producirse un incremento, posterior a la crisis económica y financiera, del desempleo y de los déficits presupuestarios gubernamentales.
El jurado declaró que los tres laureados, con su modelo Diamond-Mortensen-Pissarides, o DMP, ayudaron a mostrar que los mercados no siempre funcionan por sí solos -como alega la teoría tradicional- y que “encontrar la combinación correcta” entre quienes buscan trabajo y el empleo puede no ser fácil, debido a la existencia de “fricciones” o imperfecciones en los mercados.
El modelo desarrollado por los tres investigadores ayuda a explicar por qué persiste el desempleo y se muestra tan tenaz, incluso cuando la coyuntura económica mejora. Ese es el caso que se está dando actualmente en Estados Unidos en la actualidad, donde la economía muestra una recuperación, pero el desempleo se mantiene tercamente en niveles cercanos al diez por ciento. Aunque los factores son muy diversos, uno de los que señalan los investigadores resulta sumamente polémico, ya que aseguran que los subsidios al desempleo contribuyen a incrementar el índice de desempleo formal abierto. En un lenguaje simple equivale a decir: “quítenle los subsidios a los parados para que se vean obligados a buscar un empleo”. Lo cual a los desocupados no les hará por cierto ninguna gracia.
Como puede verse, se trata de un Premio Nobel muy relevante, pero potencialmente explosivo, como ya señalaran algunos medios financieros británicos. No se descarta que, en algún momento, algunas tesis de Diamond sean rebatidas, denunciadas o cuestionadas por los sindicatos. Esto se daría, sin embargo, cuando los gobiernos traten de implementarlas en la práctica, en perjuicio de los bolsillos de los sectores salarialmente menos privilegiados.
* El autor es economista.
1 comment:
bien por salamanca, y que siga comentando la actualidad econoómica local y mundial.
Joaquín Gutiérrez
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