ULITEO LA PAGINA DE "NADIE" (ULISES) Y DE "TODOS" (PROTEO)

Thursday, July 29, 2010

El regreso de los doce del patíbulo

EL REGRESO DE LOS DOCE DEL PATIBULO

Por Freddy Quezada


No, no se trata de la famosa película con Lee Marvin y Charles Bronson, a los que tuve que recordar apelando, cómo no, a los mismos registros electrónicos contra los que alerté en mi penúltimo artículo (ya lo ven, en el veneno está el antídoto). Se trata de doce artículos míos, resignado a perderlos a manos de los archivos electrónicos. Se lo debo, reconozco en justicia, a mi indolencia de no de responder a las reiteradas advertencias que hizo GeoCities, desaparecida sección de Yahoo, al informar de su cierre de operaciones y anunciar el traslado de los archivos para usuarios, previo pago por el nuevo servicio. GeoCities fue una firma que brindó espacios gratuitos de páginas web. Ahí permaneció durante mucho tiempo EL ULITEO (creo que desde 1997).


Al hacer el traslado de mis viejos archivos, cuyas copias creí poseer completas, a un nuevo sitio en Blogspot, me enteré que no poseía doce títulos y no podía rescatarlos porque todo el sistema me enviaba a una biblioteca norteamericana, por medio de un complicado proceso de solicitudes para su reintegro. Renuncié a seguir insistiendo. Hice en el nuevo sitio de blogspot (Mi otro blog), un registro listando los “doce del patíbulo” con asteriscos que dejé ahí, como marcas de duelo y que hoy, ya recuperados, puede observárseles.


Ayer, 28 de julio del 2010, no sé si por coincidencia, recompensa, halago o justicia, después de escribir el artículo ¿Google el nuevo sicario del pensamiento? logré encontrarlos todos, ingresando a desgano en la página de remisión para el rescate.


Aquí les presento, para los interesados, el listado de los doce artículos “secuestrados” por el sistema de registros electrónicos de INTERNET.


El Poder y sus sirvientas

El Poder del poder

El Poder del Silencio

La Lujuria del Saber

El Desperformance

La Judea de Mel Gibson

La "bateíta" política

El Dolor: nos quiebra o nos templa

La Formación de los Imaginarios

El Primero de los Bárbaros

El Último de los Ilustrados

Entre hipócritas y cínicos

Tuesday, July 27, 2010

El principio "diferencia"

EL PRINCIPIO DIFERENCIA EN CUATRO AUTORES


Por Freddy Quezada


Si la diferencia se la concibe como un conjunto de reglas que producen efectos de “realidad”, regímenes de discursos y esencialismos estratégicos ¿se puede decir que hoy esas reglas se están relajando por las combinaciones que la afectan, en una época en que las purezas han dado paso a las creaciones desde supermestizajes poieticos? ¿Las migraciones no son esa fuente, de relaciones de poder desiguales y combinadas, parafraseando a Trotsky, que disuelve dualismos? Y no se trata de criticar y proponer otra salida emancipatoria más, sino de ironizar (crítica sin emancipación) o de reírse, a punta de confundir al lector, por puro gusto (criticar por criticar).


La diferencia es un principio reciente en las ciencias sociales. Antes del boom de la diferencia con la postmodernidad, esta solía ser empleada para distinguir las sociedades comunitarias de las orgánicas y, para diferenciar los modos modernos de resolver los conflictos, a través del derecho restitutivo. Los antropólogos, y luego los lingüistas, también la emplearon, para separar, por medio del tiempo, lo que constataban en el espacio con los “otros” no europeos, y los semiólogos, a su vez, por medio de un estructuralismo dual y operativo.


Quizás sea Foucault, como en tantas otras cosas, quien haya sido más fecundo con el concepto de “diferencia” que sus seguidores, Lyotard primero, y Derrida después, convirtieron en “differend” y “differance”, respectivamente.


La diferencia, retomó un segundo aire con los postcoloniales, subalternistas y decoloniales, pero vinculada al poder, en relación a hegemónicos y subalternos, y metrópolis y colonias. Relaciones que ya no pudieron ver los postmodernos.


Los decoloniales, sin saberlo, volviendo afirmativa la apofática postcolonial, a través de un regreso a la emancipación, son los que colocaron en la agenda, el pensamiento no eurocéntrico, como el eje central de cualquier tipo de reflexión y, sin darse cuenta, ni conocerlo, ofrecieron la oportunidad de invitar a Krishnamurti, quien pasó décadas de su vida insistiendo que el pensamiento es el problema y no la solución de las cosas. Los decoloniales son todavía prisioneros de un pensamiento “otro”, alternativo, no eurocéntrico y aún son ciegos a toda la magnitud que reveló Krishnamurti en sus diálogos, sobre el asunto.


Ahora quiero presentar cuatro rutas de la diferencia vinculada al pensamiento. Se pueden advertir afinidades por parejas de autores (ver cuadro sinóptico): Krishnamurti con Groys; y Foucault con Borges, autor argentino inspirador de muchas ideas del francés.


Krishnamurti y Groys, consideran que lo nuevo no puede ser aprehendido por la memoria y/o por el museo. Groys dice que lo nuevo (categoría de tiempo), el museo lo convierte en diferencia (categoría espacial y ontológica). Aunque la reflexión de Groys sea sobre el arte, vale para la epistemología. Los decoloniales dicen algo parecido cuando niegan que ellos propongan paradigmas “nuevos” (típicos de la modernidad eurocentrada), ellos los que proponen son paradigmas “otros”, basados en lugares de enunciación. Krishnamurti, por su parte, considera que la diferencia es una ilusión producida por el pasado, que separa y divide y que, cuando reconoce que el observador es lo observado, se disuelve.


La otra pareja, Foucault/Borges, tiene una afinidad compleja. Mientras para Borges la diferencia que gobierna el espacio es el no pensamiento, siendo que el pensar pasa por olvidarlas, como dice en Funes el memorioso, Foucault la convierte en constitutivo del pensamiento, pasando así de fundamentos unitarios y coherentes, a discontinuos e interrumpidos. Considerada, la diferencia, vicio en Funes, Foucault la convierte en virtud, y más en el tiempo que en el espacio, donde muchas veces las anula, ocasionando su ceguera con respecto a las excolonias, y aplicando una vuelta más a la cadena cartesiana.


Thursday, July 22, 2010

¿Google el nuevo sicario del pensamiento?

¿GOOGLE EL NUEVO SICARIO DEL PENSAMIENTO?

Por Freddy Quezada


Resumen ejecutivo: Presentaremos dos paradigmas alrededor de los archivos electrónicos y su papel. Cada paradigma, cuenta con un par de autores que no necesariamente coinciden, pero que giran alrededor del mismo factor:

1) Paradigma Krishnamurti/Groys: Memoria/Museo vs. lo nuevo. 1.1 K: Lo nuevo nos lo impide ver la memoria que es pensamiento, pasado, observador. 1.2 G: Lo nuevo lo determina el museo.

Conclusión del paradigma 1: Dos tipos de "nuevo". El que determina el museo y el que puede ser visto sin él.

2) Paradigma Borges/Foucault: Archivo/diferencia: vs. Presente. 2.1 B: La diferencia no piensa y es espacial. Pensar es olvidar las diferencias. Es tiempo. 2.2 F: La diferencia es constitutiva del pensamiento. Los archivos modifican el presente que los modifica a su vez a ellos.

Conclusión del paradigma 2: Dos tipos de "diferencia". La que sirve para pensar y modificar el presente y la que sirve para paralizar el pensamiento.


Estamos viviendo la luna de miel con los archivos electrónicos. Vemos y nos beneficiamos de todos su aspectos positivos. Nadie lo niega.


Pero cuando llegue la hora de los conflictos (incorporación inconsulta de nuestras señas en bancos de datos comercializables; plagios descarados; promociones y publicidades que llegan a nuestras direcciones electrónicas y celulares que nos sorprenden, porque le hablan a nuestra condición más íntima; interrupción de servicios gratuitos y conminación, mediante previo pago, del restablecimiento del servicio; espionajes a través de las redes sociales; fraudes a través de sistemas contables; estafas electrónicas; alteración de identidades; jerarquizaciones raciales y geoepistémicas) tendremos que contar con algunas pistas que nos brindan cuatro autores (Krishnamurti, Foucault, Groys y Borges) alrededor de los archivos, la memoria, los museos y los registros, variantes todas de un mismo tiempo: el pasado.


La primer observación, de carácter epistémico, es el principio básico que la memoria es pensamiento, que sólo vemos lo que ya hemos visto. La novedad no puede verse desde la memoria. El alimento de los sistemas de registros son precisamente las novedades. Los archivos electrónicos ya han superado a los colectivos de historiadores, a las personas mejor dotadas de memoria, y al más exigente cuerpo de investigadores. Si un archivo hace mejor lo que uno individualmente hace, ¿para qué pensar? si acordamos que pensar es recordar. Se quiere hacer ver que sería natural, entonces, que nos dediquemos a los placeres efímeros e instantáneos. ¿Pensar para las máquinas vs. Gozar para los usuarios?


La segunda, es que los archivos no son inocentes, ni instrumentos neutros de historiadores e investigadores, para revelarnos el pasado, sino que son campos de poder cuyo objetivo es presentificar los discursos y justificar las estrategias de los actores hegemónicos o subalternos. Llamar al pasado, a través de archivos (fruto de discontinuidades, rupturas, interrupciones, diferencias y rivalidades), sirve siempre para justificar estrategias del presente. Así, vivimos paradójicamente bajo el principio de modificar siempre el pasado, para justificar nuestro presente, que se modifica por aquél.


La tercera, es la idea que lo nuevo, tanto el archivo, como los museos, alguien (¿quién?) lo convierte en diferente, lo dota de sentido, lo ordena de mayor a menor, de arriba a abajo, de atrás hacia delante, de adentro hacia fuera y lo distribuye, lo jerarquiza racialmente, lo geoepistemiza en lenguas, y lo ofrece en géneros de discursos y regímenes de enunciados a los mismos que lo producen, convirtiéndonos en coproductores de los registros, como en la Wikipedia, donde podemos modificar el banco con nuestra propia colaboración, aunque no controlemos su estructuración, circulación ni destinos. Los decoloniales creen que lo "diferente" que ellos proponen, nada tiene que ver con lo "nuevo" moderno. Creen que lo diferente pertenece a un locus espacial y que lo nuevo es privativo del tiempo. Transforman las fórmulas en decolonialidad vs modernidad/colonialidad. Lo diferente "mejor" que lo nuevo. No se han puesto a pensar, todavía, que el espacio fue destruído por la INTERNET y que la diferencia ahora es entre el "adentro" y el "afuera" de los archivos electrónicos.


En la cuarta, Jorge Luis Borges, a través de Funes el memorioso, nos cuenta que cuando se piensa, se convierte el espacio en el que habitan las diferencias (que es lo que paraliza el pensamiento de Funes al observarlas todas) en tiempo sin tiempo (eternidad y teoría), algo que han sabido ver muy bien los eurocéntricos, que anulan el espacio y lo transforman en un tiempo universal, donde ellos se colocan de primero.


Krishnamurti se parece más al "Aleph"; los otros tres a "Funes" el memorioso. Aquel, confunde tiempos y espacio en un solo punto; estos fundan la diferencia. Krishnamurti es el único que logra separar lo "nuevo" de todo lo demás que lo impide ver o "atender", como dice él. Lo "demás" es la memoria, el archivo y el museo que son fuertes en la ecuación teórica de Borges, Foucault y Groys. Pero elegir a Krishnamurti, seguirlo a él que, precisamente nos enseña a no seguir a nadie, por encima de los otros tres, no es, por ventura, caer en la trampa de la paradoja pragmática del rey "¿Te ordeno desobedecerme"? Si lo acatamos, le desobedecemos y si le desobedecemos, le seguimos el consejo, de todos modos.


Las diferencias no piensan (Google/Funes) y el pensamiento las tiene que olvidar para desplegarse en el tiempo, borrando el espacio (Platón). ¿Podemos decir, en consecuencia, por eso, que
el “punto cero” de todo intelectual es borrar el espacio, o hablar en nombre de él, coherentizar el tiempo y convertirlo en causalidad?


¿Será por eso también que el odio de los modernos a la realidad, es el mismo que ahora practica INTERNET contra ella? Aquellos la calumniaban con utopías; ésta, con diferencias. Las diferencias son creadas, producidas, por recombinaciones internas del sistema, como hibrideces, mixturas y complejidades anidadas en cardúmenes conjugados.


El archivo convierte lo nuevo en diferente, es un hecho. Lo nuevo es lo que no está en Google, etc. Ellos son los que determinan por oposición lo "nuevo", que por definición es lo que esta "afuera". El día que desaparezca lo nuevo que somos, y que está "fuera", todos estaremos dentro de INTERNET (ya se practica hacerlo en 3D y faltará capturar los tres sentidos presenciales inarchivables hasta hoy: gusto, tacto, olfato). Tal es la propuesta de "Matrix". No es la tecnología, el desprecio hacia los cuerpos que siempre permanecen acostados o sentados, el "desierto de lo real" y demás estupideces de los hermanos Wachorwski, sino cómo incorporar todo lo real "dentro", para hacerse autosuficiente, autocontenido y autorreferente. Así, seremos lo que, segun Krishnamurti, ya somos: memoria. Lo real, lo nuevo, desaparecería, por segunda vez.


Es inevitable pensar en Boris Groys, cuando ingresamos cualquier novedad en el sistema de registros electrónicos, desde un estornudo en Twitter hasta una concepción filosófica nueva, científica, técnica o personal en los blogs (esas células “holónicas” de todo el sistema), pasando por las confesiones y juicios a favor o en contra de quien sea, en Facebook.


Convertido el dato en diferencia, se reticula por una voluntad preexistente que cuenta con su visión del mundo, se jerarquiza por una escala que convierte la misma diferencia que usa en valores, se le hace circular en lenguas importantes aunque destruya el espacio, se le rangoriza en términos de saberes si se logra averiguar procedencia, se le mapea en los términos geoepistémicos conocidos (Inglaterra/USA, Francia y Alemania en el centro, y luego en círculos concéntricos hacia afuera, escandinavos, ibéricos y eslavos y, fuera de todos ellos, las excolonias americanas, africanas y asiáticas), se le cuantifica con indicadores estadísticos para averiguar visitas y popularidades.


Cuando se fracture la relación entre usuarios y grupos hegemónicos en INTERNET, algo que se hará por el control de los archivos (véase por ejemplo el conflicto entre el Ministerio de Defensa gringo y wikileaks o el de "reocities" y Yahoo), se abrirán pasos las estrategias típicas de los subalternos para defenderse, y que ya desarrollan “afuera”: resistencias, simulaciones, silencios, mímicas, pero también complicidades, encantamientos, servilismos y una infinita gama intermedia. Hay que estar claros, pues, que pensar es matar lo nuevo (Krishnamurti) y, después de convertirlo en archivos (Foucault) y ordenarlos en el museo (Groys), termina por matar las diferencias (Borges) que lo alimenta, aserrando la rama sobre la que se sienta. Para los usuarios, no se trata de luchar contra algo que nosotros colaboramos en construir, carajo, sino que lo que digamos hoy, no sea usado en contra nuestra, mañana.


Fuentes: Borges (1990); Groys (2002); Foucault (1999); Krishnamurti (2005)