Presentamos tres trabajos de fondo sobre la relación a veces convergentes, según uno de estos autores, plagiaria según otro y coincidente según otro más, entre Heidegger y los más representativos sabios del mundo “oriental”. Hay pruebas firmes que Heidegger plagió al taoísmo que, según otros, para matizar el cargo, creen que fue más bien una convergencia entre dos tradiciones. A como sea, estos tres trabajos pueden ser leídos según como convenga al lector.
Por la parte que me corresponde, he logrado tomar ventaja al reconocer nuestra condición supermestiza, tanto ontológica como epistémica, a la luz de lo que Nagarjuna presentó. El mestizaje ha hecho vagabundear, cuando no imitar, a nuestros pensadores. Si nos juzgábamos desde afuera, nos inferiorizábamos, si hacíamos apología, nos estancábamos. La red, coorigen de unos términos con otros, reenvía a cada uno de sus puntos, el todo recombinado de sí, que se sigue mezclando como cambio, como nuevo o como otro, con cada emisión, sin olvidar su soporte de "vacío pleno". Así, todos, agentes y realidades, somos supermestizos, sin saberlo y sin tomar partido. Ser supermestizos, sin juicios, significa que el cambio, fundido uno con el instante, se está dando, como en el Tao, sin empujarlo, sin buscarlo y sin necesitarlo. Somos sin ser, en sentido nagarjuniano y no en el sentido performativo. Lo que es, como lo que debe ser, según los pragmáticos, es diferente de lo que 'es como no es'. Lo siento: uno tendría que hablar en paradojas, como el Zen o los físicos de partículas, para dar cuenta de lo real, porque el pensamiento, que es memoria, no puede dar cuenta del movimiento.
Saludos cordiales. Freddy Quezada.
Por Jeremy P. Tarcher
Nos centramos seguidamente en el estudio de cinco temas fundamentales del segundo Heidegger, elegidos por imprescindibles, en los que el autor desarrolla diversos ángulos de su meditación sobre la nada. (Leer más)
No comments:
Post a Comment