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Saturday, May 19, 2007

FSLN por dentro, abajo, arriba y afuera

EL FSLN POR ARRIBA, ABAJO, AFUERA Y ADENTRO

Por Freddy Quezada

Cuando era dirigente de unas de las fracciones sandinistas del FER, en la UNAN, a mediados de los setenta, nuestros rivales maoístas (CLEU) siempre llevaban al Auditorio 12 “Fernando Gordillo”, a una serie de personas muy pobres, del OPEN No. 3, como se llamaba entonces a la hoy Ciudad Sandino para acompañarlas de aula en aula en la solidaridad que solicitaban a los estudiantes universitarios por sus causas justas.

Casi todas mujeres, llevaban faldas transparentes por el uso continuo y único, cuyos vuelos levantaban en ocasiones para sonarse las narices por medio de unas manos nervudas y tostadas, con niños amamantados a la vista pública y chinelas de hule que cubrían sus pies llenos de grasa, mezcla de polvo y sudor de sus barrios. Siempre me pareció que el CLEU abusaba al llevar personas así a la UNAN, que no encajaban en el cuadro de clase media que entre todos componíamos.

Sólo con el tiempo acabé por reconocer que los trabajadores que habitaban mi imaginación y mi discurso redentor, no eran los mismos de carne y hueso que los maoístas, para nuestro escarnio, nos colocaban enfrente. Nuestros pobres eran puros, virtuosos, nobles y abnegados y estábamos dispuestos a dar la vida por ellos. Los pobres reales nos asustaban; estaban fuera de nuestros cánones, cuando los considerábamos diferentes a nosotros y como advenedizos, al estar frente a nuestra mirada. Dos clases de pobres que, además, pueden distinguir también al FSLN en sus dos regímenes. El tiempo de la “igualdad” de los ochenta y el tiempo de la “diferencia” en los dos mil. Los pobres buenos de nuestra imaginación aburrida y los pobres extraños, de carne y hueso, impredecibles.

Obviamente no es suficiente decir, para caracterizar el régimen político actual de Nicaragua, que el FSLN asumió el poder en condiciones democráticas y en un contexto escéptico y de desconfianza, totalmente diferente de la década de los ochenta. Hay que caracterizar más a fondo esas condiciones en las que se ve obligado a luchar con armas que no conoce u optimizar las que sabe manejar muy bien. El FSLN jamás ha sido democrático en su vida. No sabe lo que es tolerar un punto de vista opuesto, o siquiera diferente. El mal no le viene de ningún mal humor o cerrazón de sus dirigentes, sino de su constitución vanguardista y prometeica. Así, con esas características que ya le ha costado varias disidencias y desprendimientos fragmentarios, y le seguirán costando más todavía, podemos presentar las dimensiones en las que está inscrita el FLSN como gobierno en Nicaragua.


¿Adivinen qué toca la Pantera Chicha?

Por abajo: para cubrir el mayor número de simpatizantes neutros, indiferentes o militantes pasivos, además de sus simpatizantes activos que componen el 38% de votos que le dio el triunfo, el FSLN ha implementado dos estrategias para ganarse a los subalternos: la alianza con la Iglesia Católica (de la que se enteraron, según Tomás Borge, que cuenta con la verdadera mayoría del país y no, como pensaron antes, que era la Teología de la Liberación) cuyo precio a pagar fue la penalización del aborto terapéutico y el proyecto Hambre Cero, cuya centralidad pecuaria (paquetes de vientres cubiertos, fácilmente colocables en el mercado ante emergencias y eventualidades) evita una reforma agraria (de la que no dicen ni una sola palabra a pesar de que saben que se desarrolla un “dualismo agrario”, ver barras) al prescindir de un componente agrícola, atado a acompañamientos de tierra, crédito y asistencia



técnica. Es decir, para evitar la reforma agraria, se eligió lo más avanzado, con un proyecto estrictamente pecuario, que usualmente son cajas de ahorro campesinas. Pasa igual que en los ochenta que, en vez de empezar con el reparto individual de la tierra, se empezó con las APP y después con las cooperativas agrícolas y de servicios. No debe estar muy a la moda, defender reformas agrarias de donde las han expulsados hasta de la agenda mundial y ya no digamos de las naciones. Es lógico, los campesinos pagaron la acumulación originaria del capitalismo y del socialismo industriales; ahora, parece, que deben pagar la acumulación de la globalización. Pero, además, la garantía de todo el programa descansa sobre el papel de la mujer y sus virtudes que lo inscriben en un “esencialismo” totalmente superado por las corrientes más lúcidas del feminismo contemporáneo.

La reforma agraria y la independencia nacional, son dos retos que este nuevo gobierno, con el primero, no parecerá cumplir, aunque, ante el segundo, a medias, amenace a las IFIS, con independizarse de su financiamiento, por medio de sus alianza con la Venezuela de Hugo Chávez. Ya se sabe, no se discute con un millón de dólares, se lo toma o se lo deja. No conozco hasta ahora a alguien que lo haya dejado. No son las clases sociales las que determinan el contenido de un gobierno ni las que caracterizan la naturaleza de un régimen, sino el tipo de tareas que se proponen impulsar.

Si los sandinistas no hablan de reforma agraria, ellos que tanto lo hicieron en los ochenta, lo único que pueden hacer ahora es pararla a través de la Comisión de Reconciliación que preside el Cardenal Obando. Porque de pronto se le puede ocurrir a Salvador Talavera, pongamos por caso, liderar un proceso de toma de tierras que desencadene una exigencia de, al menos, legalizar la titulación agraria inconclusa y suspensiva del gobierno sandinista de los ‘80 y tumbar a este gobierno en dos semanas. Oigamos que decía hace tres años Fausto Tórrez, Directivo de la ATC: “La Reforma Agraria Sandinista no tuvo tiempo para documentar la tierra y desarrollar el movimiento cooperativo, aún en medio de la resistencia del movimiento campesino se han perdido unas 560,000 manzanas y 2/3 partes de las tierras en manos de las Cooperativas no tienen documentos legales”. Proponemos, dice más adelante Tórrez: “La promulgación de una ley de asignación y explotación de la tierra. La Reforma Agraria no es sólo un tema de los Sin Tierra es una lucha de toda la sociedad. Una de las últimas conclusiones de la Vía Campesina alrededor del tema agrario plantea: ‘No hay paz con hambre y no habrá paz sin tierra’ ”.

Por su parte, El Observador Económico. No. 172, de Diciembre del 2006, concluye: “El dato que más llama la atención, de la totalidad de la situación legal de la tenencia de la tierra, es que solamente un tercio de las propiedades poseen un título registrado y catastrado. Esto quiere decir sólo una tercera parte de las propiedades puede ser vendida, alquilada, regalada, heredada, cedida o donada...”

El “Marco de Políticas de Tierras”, sigue diciendo El Observador Económico, del gobierno del Ing. Enrique Bolaños, plantea que el problema de la inseguridad física y jurídica de la propiedad representa un alto riego para el mercado financiero y frena la inversión a largo plazo, tanto nacional como extranjera, al mismo tiempo que afecta el uso sostenible de los recursos naturales. Así, ha logrado identificar once grandes problemas sobre la tierra en Nicaragua todavía por resolver, el primero de los cuales lo encabeza, un marco legal e institucional débil y disperso.



Por arriba: El FSLN necesita profundizar sobre su discurso programático y de largo aliento, con la cooptación de una capa de intelectuales orgánicos (de Universidades, ONG´s, intelectuales sueltos de la vieja guardia, jóvenes autodidactas formados a la carrera, etc.) a través de medios de comunicación versátiles y modernos que le armen un discurso con efecto de profundidad y densidad teórica y que reencante a cierto sector medio e ilustrado.

Por dentro: en la Asamblea Nacional seguir urdiendo estrategias (aprobando leyes con una de cal y otra de arena que, al parecer, no ha rendido malos resultados) para mantener separados a los liberales antes de las elecciones municipales y el descongelamiento de las reformas en el 2008, después de las cuales la Nicaragua política será otra.

Por fuera: bailar entre las exigencias de Venezuela, las ofertas de Brasil, las formalidades de Chile y la presión de EEUU.

Escenarios pésimos: por abajo, corre el riesgo de un abandono al Cardenal Obando, por parte de la Conferencia Episcopal, sobre todo a la luz de las posiciones del Papa en Brasil y las próximas líneas maestras del CELAM; que el proyecto Hambre Cero se rompa por el lado burocrático de la gestión de las 75 mil familias o por regímenes de lluvia deficientes y desastres naturales imprevisibles; por arriba, que los intelectuales se le resistan y más bien arrecien contra el gobierno, con críticas más duras y radicales desde los mismo medios que ataca y no puede cooptar; por dentro, que los liberales se unan eliminando políticamente a Alemán y, por fuera, que los países populistas se enfrenten unos a otros como de hecho ya lo hacen en pequeña escala (Brasil vs. Bolivia; Argentina vs. Uruguay; Bolivia vs. Chile; Venezuela vs. Brasil, etc) y el bloque sea testigo de la emergencia en silencio de las potencias China e India.

Escenarios óptimos: por abajo, que el Cardenal Obando logre un éxito impresionante solucionando conflictos, sobre todo agrarios, a diestra y siniestra; que Hambre Cero, logre una evaluación positiva de un poco más de la mitad de las familias bajo compromiso y proceda una relativa seguridad alimentaria; por arriba, que una parte significativa de intelectuales jóvenes se perfilen en medios recientes e independientes, sin perjuicio de hacerse admirar en medios de comunicación ganados para la causa, sobre todo en televisión y medios de punta; por dentro, que el FSLN se logre aliar a mediano plazo con el ALN y muchos diputados sueltos del PLC, comprados para la nueva alianza que le permita comodidad y manejo en las políticas públicas y exteriores y, por fuera, que se conjugue la muerte de Castro y la baja del petróleo, para un liderazgo sin rivalidad de Daniel Ortega ante el bloque emergente latinoamericano de nuevos regímenes con un discurso moderado, heredando a Castro y desplazando a Chávez.

Escenario real: una combinación en proporciones imprevisibles de los dos escenarios anteriores.

Con los sandinistas, uno está tentado a caer en el lugar común hegeliano y decir que se están repitiendo, esta vez, como comedia cuando, la anterior, lo hicieron como tragedia. Pero, creo más bien que se están repitiendo como un melodrama en todos los escenarios. Están concentrados tanto en mantenerse en el poder, que ignoran su duplicación. Cuando uno está demasiado concentrado en algo, ocurre que las cosas cotidianas que efectuamos las hacemos dos o tres veces y sólo recobramos la cordura cuando recibimos una lucidez que nos devuelve a lo real, parecida al bastonazo que los maestros zen descargan por puro gusto a sus discípulos. Entonces, cuando nos estamos cepillando por tercera vez los dientes, cuando llevamos cinco pasadas del desodorante por nuestras axilas o cuando nos limpiamos el culo, sin necesidad, por segunda vez, y repetimos varias veces esa frase incoherente que nos decimos, como un principio claro de locura, que sólo nosotros sabemos qué significa, podemos decir: ahora lo sé, para entonces reconocer que ya no tiene sentido.

El día que los campesinos sin tierra o poca de ella, devuelva a la realidad a los sandinistas, que balbucean frases que sólo ellos conocen, como esos lenguajes privados de los que hablaba Wittgenstein, (como “oligarquía”, “pueblo presidente”, “democracia directa”, etc.), ojalá no sea demasiado tarde. O que lo sea, a quién rayos le importa !!!

Wednesday, May 02, 2007

Crítica y Utopía

CRITICA Y UTOPIA
(cuatro involuntarios)


Por Freddy Quezada


Deseo despedir, esta vez, cuatro involuntarios a guisa de aquellos motivos de queja infantil en plena clase, que obligaba a la maestra a preguntar con ira por el responsable de la descarga y cuando, apenados, todos callábamos por solidaridad con el culpable, sólo para reírnos de él durante el recreo. Supongo que al hacerlo esta vez contra la crítica y la utopía no les haré mas daño de lo que ellas le han causado a mucha gente. Será como el equivalente de balas de salva o de utilería y como un tributo a mis amiguitos de primaria.


La crítica y la utopía no siempre han sido una buena pareja. Hubo una época que eran opuestas y otras en que se ignoraban por completo. Tal situación ha tenido antecedentes y consecuentes presentados aquí.


Lustradito. El cielo: Utopía sin Crítica. La premodernidad, para caracterizar así a toda la época anterior al Renacimiento, ofreció una promesa sin deuda por la imposiblidad de verificarla en esta tierra y entregarnos a los intérpretes de ella, sin objeciones. La crítica, totalmente separada del reino, se pagaba con el ostracismo, la marginación y hasta la vida. Era básicamente una utopía contra otras, pero no era una crítica con los mismos métodos nacidos y vueltos contra ella de la utopía hegemónica. Las Cruzadas son el ejemplo más vivo. Incluso entre los griegos, las batallas eran de escuela a escuela o de Academia a Academia. Por dentro, cada una de ellas era intocable.


Jugoso. El futuro: Crítica con Utopía. Desde la modernidad la crítica tuvo una desembocadura práctica (en contra de los bizantinismos y escolástica anteriores) con su finalidad, generalmente una utopía secular que, con el tiempo, terminará por cristalizar en las ideologías universales. Octavio Paz definió una vez a la modernidad como la tradición de las rupturas. La crítica nunca estuvo satisfecha con el ser; todo le hedía, no soportaba el presente sucio, mezquino, indigno, desagradable e impuro; no podía dejar de impugnarlo por medio de una crítica ilustrada y de vanguardia, no hacerlo sería traicionar su naturaleza. Su ejercicio fue siempre para algo (deber ser), para superar o remediar lo real. Los marxistas, en su tiempo, decían cuando algunos críticos ejercían su derecho, pero que no lo acompañaban con actos y militancias, que eran charlatanes de cafetín. Entre ellos era lo peor que se le podía decir a un revolucionario. Protesta con propuesta, se oye todavía en algunos círculos incorregibles. La modernidad será inseparable en este sentido de la utopía y el enlace entre ambas será, pues, la acción. La crítica será lo otro de la utopía y viceversa.


Premiado. El desierto: Crítica sin Utopía. Con el derrumbe de los metarrelatos, es decir, de las utopías que caerán como fruto de la exigencia del pago de la deuda arrastrada desde la premodernidad, se nos dio la "Bienvenido al desierto de lo real", como la de Morpheus a Nemo en Matrix. La crítica, como la técnica, se vio privada de fines y de dueños. Criticar por criticar se volvió un oficio placentero y nada inútil como se le apreciaba antes. Criticar dejó de ser una ética y una metodología, para convertirse en una estética. Incluso, criticar a una escuela desde otra o a ambas desde adentro, hoy, es más parecido a las modas (descartables, reciclables y fugitivas) que al ejercicio críptico y sesudo con el que se preparaba a los chicos y chicas en la viejas universidades modernas. De las certezas del Renacimiento (donde el humanismo se entrona), a las angustias del existencialismo (que descubre la contingencia de los fines y el carácter constructivo de ellos por parte de los entes) hasta desembocar en el escepticismo post, la caída de la curva del humanismo es evidente (de una certeza orgullosa, a la incertidumbre de los angustiados y a la incredulidad de los desencantados del reino humano). La crítica moderna preparó siempre, sin saberlo, la soga con la que sería ahorcada. Y ahora baila colgada de un techo sin cielo ni horizonte. Azumi, un manga japonés reciente, tiene un diálogo que vale toda la película. La víctima, un señor de la guerra del Japón medieval, al ser alcanzado al fin por su asesina, admira su gesto y le dice, cuando ve partida su cara en dos: “Eres magnífica”, elogiando la belleza de su propia ejecución. Paga con su vida el precio de ver convertida en belleza sus propios métodos vueltos contra él.


Descargado. El Vacío: Ni crítica ni utopía. Con la estrategia de los subalternos (silencio incluido) y la ironía de los objetos vuelto contra sus críticos, se empezó a ver que el vacío aterrador y siempre presuroso a ser llenado por un sentido y otro y otro más, podía ponerse al servicio, sino de iluminar al menos para serenar esa sed infinita de acción con una especie de nirvana, satori o wu wei. El mundo no estaría ni adentro ni afuera y nosotros seríamos sin serlo. Imagino que sería un poco como el dintel de la puerta en que Jim Carrey, en Truman Show, al doblarse hacia delante por su cintura, se despide del mundo simulado para entrar al mundo que suponemos nuestro y real pero que en verdad, ese umbral es donde está todo, mientras Ed Harris (Dios padre creador) trata de reencantarlo una vez más desde su cabina de televisión.