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Monday, March 19, 2007

Dos bolas y un strike

COMENTARIOS AL ARTICULO "LA BATALLA DE AMERICA LATINA"
DE FERNANDO MIRES
Por Freddy Quezada

Para los lectores de este blog, les presento unos comentarios sobre un excelente artículo de mi amigo Fernando Mires, del que a su vez son comentarios de otro de Jorge Castañeda, ex ministro de relaciones exteriores de México, de donde toma el título original: "La batalla de América Latina", a propósito de la emergencia de los nuevos gobiernos de izquierda latinoamericana.

Fernando Mires es un historiador de origen chileno que reside en Alemania. Tuve una polémica amistosa con él hace unos años. Ahora celebro, saludo y me descubro ante este nuevo trabajo, muy oportuno y polémico como siempre.

Detrás de las tres tesis con las que Mires responde a Castañeda, está la idea de “onda larga” de la escuela histórica de los anales de Febvre y Bloch, es decir, esa idea que, a la larga, las cosas no son tan dramáticas como se presentan y parecen. “A la larga todos estaremos muertos”, se burlan de esta perspectiva, ahora, sus enemigos. Pero, en verdad, lo que está detrás es el problema de los fines de la historia y la de los anales no es más que una versión rebajada y vergonzante de la hegeliana. En la onda larga es más cómodo manejarse, sin duda, pero si privamos de fines a esa onda (porque nadie sabe dónde vamos) nos regresa otra vez al presente y desde ahí declaramos con modestia no saber, más que en términos de probabilidades muy frágiles, lo que ocurrirá. La onda larga, pues, es el suelo epistemológico en que se mueve Mires, una onda que parece decirnos que todo se repite y que el horizonte se mantiene esperándonos.

Ahora veamos las tesis, una por una, cuyo desarrollo pormenorizado se puede ver en el link indicado arriba.

1.- La contradicción democracia-dictadura no sólo es latinoamericana, sino que ha aparecido en la escena como consecuencia de una contrarrevolución antidemocrática internacional que comenzó a tomar forma después de la caída del llamado colapso del comunismo y del fin de la Guerra Fría.

Bola 1: Todas las tesis no sé por qué me recuerdan esa superficialidad que empleaban los trotskistas que, desde la IV Internacional, en dos cuartillas de sus revistas analizaban las fuerza internacionales donde, al final del cuadro, si las cosas no eran mejores era porque ellos aún no entraban en escena; pero si ellos tuvieran fuerzas. Un día de estos, decían....

Pero, dentro de sus ligerezas, los trotskos decían algo que siempre me pareció razonable. La democracia y la dictadura no son dos entidades separadas, simples y opuestas, donde se presenta una ilusión que nos hace fácilmente elegir (ya sólo decir “democracia” cargada de positividad, me sesga contra una “dictadura” cargada de perversidad; la elección ya está tomada desde antes que comience la demostración). La democracia es una relación de fuerzas donde dominan unos aspectos del juego del poder y se combinan de manera especial clases y grupos sociales de un modo inestable pero regulado; en la dictadura son otros los grupos, pero ambas descansan sobre un mismo tejido de poder soportadas por agentes sociales diferentes y algunas veces unos mismos sectores sociales que defendieron a una, terminan invocando a la otra (como le suele suceder siempre a la clase media) por lo que sea, desencanto, ingenuidad por cambio de intereses o de mentalidad, por cobardía, por entusiasmo, etc. La democracia y la dictadura, sin duda, exigen precisiones más sociológicas y políticas. Hay muchos grupos sociales nuevos, por ejemplo, pero invisibles, en el discurso clásico (sea el marxista de clases sociales, el liberal de poderes formales o el postmoderno de movimientos y actores sociales), como los narcos, los migrantes, los terroristas, los lumpens, los lavadores, que sostienen a muchos de estos regímenes sean democráticos o dictatoriales. La contrarrevolución antidemocrática es una redundancia que, pese a su eco trotskista, es mejor definirla como la contrarrevolución democrática, (para diferenciarla de las otras tres: prerrevolución, revolución permanente, contrarrevolución abierta, que es a la que parece referirse Mires) ya que es ella la que le permitió al populismo escalar por dentro mejores posiciones. Montesquieu es derrotado en estas áreas latinoamericanas (no en todos los países, desde luego) por Maquiavelo con sus propias armas, discursos e instituciones. La acción contra la norma; el ser contra el deber ser. Incluso, si mal no recuerdo, todavía algunos analistas políticos marxistas usan una suertede tabla maestra para definir regímenes desde lógicas revolucionarias, donde el régimen se define según el acento hegemónico que tengan los poderes del caso. En cualquier caso, el poderoso contra el poderoso. Nada tienen que ver en estos escenarios los desempoderados, de los que no me atrevería a hablar por ellos.


2.- La contradicción democracia-dictadura no es reciente en América Latina. Aquello que es reciente es la forma ideológica que hoy asume.

Strike 1: de acuerdo con mi amigo Mires.

3.- La resolución de la contradicción democracia-dictadura, no dependerá tanto de los conflictos entre diferentes estados, sino que de las luchas democráticas al interior de cada nación, particularmente al interior de Venezuela.

Bola 2: segundo eco trotskista. Lenin y Trotsky se consolaban diciendo, cuando llevaron la revolución socialista a donde menos imaginó Marx (desgarramientos expresados en sus borradores de cartas a Vera Zasulich), a un país agrario y atrasado, que deberían esperar a que la revolución triunfara por lo menos en Alemania (donde parecía inminente) Francia o, más remotamente, Inglaterra. Al fin y al cabo, estos eran los países para los que fue pensada la revolución socialista por anarquistas y marxistas. Había que esperar desde “afuera” en los centros metropolitanos, pues, lo que hoy Mires parece esperar desde “adentro”, en el ombligo del huracán. En ambos casos, es donde las cosas se deciden. Teoría del eslabón fuerte, que no comprendo cómo podría encajar con el “efecto mariposa” de la teoría de alta sensibilidad a las condicionales iniciales en geopolítica internacional.

Saludos, amigo Mires, una taza de café en su honor.

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