MANUAL PARA PARECER PENSADOR EN LAS REDES
Por Freddy Quezada
1. Escriba bien si desea engañar. El menor error ortográfico, sus competidores
no se lo perdonarán.
2. Decida enlistarse en grupos de discusión profunda y
especializada, aunque Ud no sepa nada del campo.
3. Si decide, por razones estratégicas, parecer del bando de
las “divinas”, tome citas de los filósofos griegos y Marx y no vaya tan lejos,
puede hacerlo desde el mismo Facebook del que se sirve. Y, agréguele una aura
de misticismo, citando a Krishnamurti.
4. Amenace, si desea parecer del bando de las “populares”, con
sacar a pasear a Foucault y los postcoloniales, cuando nadie le empiece a creer
que Ud es marxista genuino.
5. A discreción primero, y a granel después, anúnciese
militante de los decoloniales pero cuídese de no pronunciarse a favor de uno u
otro de sus cabecillas, durante sus discusiones. Hable de ellos en general,
como cuando estaban juntos.
6. En los grupos, en las casillas de reacción, siga a los que
parezcan imponerse en la discusión, hasta que llegue el siguiente ganador.
Emplee términos, para el que parece tener éxito, como “es evidente lo que
dice”, “por supuesto que no se puede estar más de acuerdo”, “desde luego que es
indiscutible” y, a continuación, presione “like”.
7. Hágase odiar por el mismo público que le hace reír con sus
memes, al acordarle razón a autores de alta cultura, como Eco, Steiner, Vargas
Llosa y otros, cuando estallan en rabietas, contra ellos.
8. A través del “inbox”, acuerde propósitos comunes con sus amigos
de secundaria para darse “me gusta” mutuamente y producir el efecto de un sabio
seguido por legiones.
9. Pague, en Twitter, si puede, o benefíciese de las
promociones gratis durante un mes, para hacerse de un número de seguidores que
pueda impresionar, con cierta discreción, para no parecer de alquiler.
10. No hay “Dasein” que valga sin publicarse en las redes.
11. Hágale creer a los
usuarios que domina el inglés, francés y alemán, pero que se ha negado a
usarlos por eurocéntricos. Impresione usando palabras quechuas, quichés,
guaraníes y tojolobales.
12. Absténgase de manifestarse sobre pregrados. Manéjese en
exclusiva a nivel de postgrados todo el tiempo y bibliografía de difícil
rastreo, aunque lo único que ande buscando, en la realidad, es que alguien le
preste dinero.
13. En las discusiones de los grupos especialistas, déjese notar
por frases cortas y sibilinas y luego suspenda sus apariciones. Haga sentir su
ausencia, para que la hagan notar unos cuatro miembros, tres de los cuales sean
sus amigos, y el cuarto un ingenuo.
14. Húyale a los pensadores de verdad e invite a los usuarios a
desconfiar de ellos por rasgos como la edad, la brutalidad de sus expresiones y
la sinceridad cruel de su sabiduría.
15. Tómese “selfies” leyendo los libros de moda en una actitud
reflexiva, aunque lo que esté pensando sea cómo pagarse el almuerzo. Procure
colocar de fondo una biblioteca ajena o diseñe un montaje con una foto extraída
del banco de imágenes de Google.
16. Defienda a los usuarios aunque hable mal de ellos.
17. Amenace con renunciar periódicamente, para brindar la
impresión que lo tienen cansado y déjese rogar para que no lo haga.
18. Abra un segundo perfil, y desde ahí, permítase la libertad
de decir los contrario de lo que dice en el primero. E invítese, Ud. mismo,
desde cualquiera de los perfiles, a respetar el derecho a la transparencia y la
libertad de expresión (y proceda a abrir un tercer perfil, uno nunca sabe, como
prueba del reaseguro de su derecho).
19. En las canciones y tracks de películas, haga comentarios
superficiales y simule que será más sesudo en una segunda visita a las redes.
Cuando de verdad haya regresado, olvídelo y, al primero que se lo recuerde,
dele de baja.
20. Repártase en la inscripción de grupos de discusión opuestos
y tome los argumentos de unos para llevarlos al otro, diciendo que hará de
abogado del diablo. Si lo sorprenden en falta y flagrancia del ardid, váyase a
su segundo perfil y demande apoyo para Ud mismo. Use el tercero, que tendrá ya
a esta altura, en la vidriera de emergencia, para sumar más voces.
21. Finja despreciar a los auténticos pensadores, que lo vuelven
verde de envidia, y redoble los signos de interrogación sobre sus vidas que
todo mundo conoce y pueda servirle para desautorizarlos sobre lo más fuerte de
sus discursos.
22. Mezcle, sin orden ni concierto, paradigmas, teorías y
culturas, unas con otras (por ejemplo, descubrir que para resolver un gran,
gran problema, pueden ser fecundas, las fórmulas que emplea Peg+Gato), hasta
producir la sensación que ya está creando y disponga del poder bautista de todo
pensador genuino, para dotarse de un nombre propio, que antes deberá consultar
con un publicista sediento de fama, que perfectamente puede ser su primo.
23. Hable mal de todos los grandes pensadores, pero sólo después
de haber consultado, en la Wikipedia, la parte correspondiente a la crítica que
les han hecho adversarios tan grandes como ellos. Tómelas y aunque no las
comprenda, úselas discretamente.
24. Hágase
necesitar de dos grupos para responder preguntas de gran aliento: a)
estudiantes (de preferencia amigos incondicionales suyos, digamos de una vez, cómplices que acuerden de previo qué cuestionarán); b) expertos con rango de
doctores, de cuyas tesis públicas se puedan tomar sus preguntas directrices,
que ellos mismos las responden en sus conclusiones. Luego, suba las preguntas
de ambos grupos a su muro y proceda a resolverlas con ceremonia y falsa
modestia. Los usuarios no saldrán de su asombro.
25. Viva posteando y bombardeando de libros que no ha leído, ni leerá nunca, pero que los verdaderos pensadores recomiendan con emoción.
26. Elija,
entre sus amigos incondicionales, al alcohólico brillante, pero autodestructivo
y al geniecillo fracasado y de baja autoestima, para que le revisen sus memes
propios, vulgares y apestados de sentido común. Después de mejorados, súbalos de
inmediato a su muro, dedíqueselos a ellos y, con la humildad fingida de siempre, declárelos, después, patrimonio de la Humanidad y hágase admirar por todos.
Managua, 19 de Julio del 2015 (Ay, Dios, qué fecha !!! Hace 36 años estaba encima de un barril invertido, en una zona residencial, anunciándole a una recua de borrachos de clase media, que la revolución había triunfado. Me llevaron en andas por todo el barrio, como Santo Domingo de Guzmán, el patrono de Managua).