La política es, sobre todo, un juego; también puede verse como un arte. El ajedrez une ambas pasiones. Siempre he experimentado la sensación que la norma y el cálculo, el deber y el ser, juegan eternamente en el tablero de la democracia. Como si a un lado estuviera Montesquieu, moviendo una pieza, y del otro, Maquiavelo estudiando la siguiente jugada. Quien la vea de otro modo, la convierte en ética, religión, ciencia y sistema.
Para quienes no la miran como un juego, están las páginas de opinión de los periódicos físicos o electrónicos, los programas televisivos y radiales, si lo que desean es descargar sus lamentos, quejas, furias, descontentos, maldiciones, pronósticos y especulaciones o bien, celebrar sus victorias y aturdir de explicaciones a los adversarios que reclaman derechos violados. A favor o en contra de llorones de clase media o de bárbaros populistas; de la hipocresía sensiblera mestiza o de la violencia de los tonton macoutes, es como nos la pasamos cuando la situación política de Nicaragua, nos ofrece sus espectáculos más rudos. Pero se puede ver de otra manera.
En Nicaragua, las cosas se pueden ver también como un juego político, donde alguien que ganó un día, al siguiente se convierte en perdedor; o, simultáneamente, ganan en un lado y pierden en otro; o, más fascinante aún, reconocemos que dentro de todo Maquiavelo hay un Montesquieu y viceversa. El ejemplo más vivo es la censura del INC a Sergio Ramírez (de quien se están aprovechando los jóvenes artistas para descanonizarlo) y quien, al parecer, saldrá ganando más prestigio con la operación, lo que debiera agradecérselo al gobierno, sobre el verdadero censurado por todos los actores: Carlos Martínez Rivas.
Los espectadores de cualquier deporte no son objetivos para nada, al contrario, son los más fanáticos del mundo cuando han optado ya por un equipo, pero muchas veces cuando una gran cantidad de ellos no tienen un equipo favorito, prefieren al débil por el puro placer de gozar de un juego equilibrado, donde las reglas se respeten, los árbitros sean realmente imparciales y justos y se imponga el más hábil e inteligente. Es disfrutar del juego por el juego mismo. Pero no hay que confundir nuestros deseos con la realidad, aunque aquellos muchas veces crean a esta, quien, a su vez, los destruye.
En tres pisos, podemos observar la relación de fuerzas reales, sin entrar en escándalos éticos tomistas (del bien común traicionado) o en móviles ocultos (totalitarismos o imperialismos al acecho) que dejamos para historiadores y biógrafos, para ciudadanos ingenuos y calculadores de segunda. Veamos los pisos, en el tablero.
Por abajo: desde el 9 de noviembre el FSLN, es el dueño de las calles. Nadie, hasta el momento, les mete las manos. Bueno o malo, noble o perverso (eso se lo dejamos a las monjitas, a los curas, a los notables y a los analistas), lo cierto es que la oposición y buena parte de la población civil, está atemorizada. Es un hecho, por abajo el FSLN gana: 1 a 0.
Por arriba: El FSLN ha sido derrotado hasta el momento en la arena internacional. Desde que en la OEA sus funcionarios no cabildearon y resultaron con una derrota diplomática tan fuerte, no obtuvo apoyos significativos, ni siquiera en algunos de los países tenidos como aliados (Bolivia, Ecuador), el FSLN perdió puntos. Y sigue perdiéndolo en otros terrenos; el retiro de la ayuda de buena parte de países europeos, amenazas de suspensión de la CRM, DR CAFTA, etc., por parte de los EEUU, quien sigue maquinando en este piso. Otro hecho, por arriba el FSLN pierde: 0 a 1.
Por dentro: El FSLN está paralizado. Al menos en el seno de la Asamblea legislativa, donde no cuenta con el voto 47, para aprobar agendas y préstamos de su parte o anular las elecciones, de la parte contraria. No sabemos el desenlace. Hecho número tres, por dentro hay empate: 0 a 0.
Cada piso es fluido, pues cada uno de ellos cuenta con una resistencia que puede remontar el marcador.
La oposición por abajo (que ya cuenta por su lado con el apoyo de los medios de comunicación de mayor cobertura, ONG´s, notables, muchos intelectuales, apoyo de la Iglesia Católica, el COSEP y algunas embajadas de Europa y EEUU) puja por romper el temor y la apatía para ganar la calle con tímidos sectores medios y llamar a referendos.
Por arriba, el FSLN busca ponerse a cubierto en tratativas regionales como el Grupo de Río, ALBA, la presidencia de organismos centroamericanos y maniobra a nivel internacional con Rusia, para disminuir la ofensiva contra él, mientras espera la nueva actitud de Barack Obama.
Por dentro, el FSLN (que ya cuenta con tres poderes del Estado, en sus manos), busca el favor explícito del ejército y la policía, clave para especular en términos de fuerza, ante las resistencias de los adversarios, en cualquiera de los niveles.
Es una lástima que, para ilustrar la narración de este juego, ya no podamos contar con la colaboración de Enrique Armas, quien se decidió por un equipo, ni con la de Edgard Tijerino, quien ha decido callar sus locuciones políticas, por temor a verse perjudicado, actitud tan contraria a Víctor Jara quien, con las manos cortadas ante su verdugo, que le pedía cantar, le gritó: “a ver compañeros, démosle gusto al señor”. .. y a la señora.
No comments:
Post a Comment