SEMIONTICO
Por Freddy Quezada
No se trata de una especulación filosófica, si se cree desprender del prefijo que preside el título. No es semi (mitad) y ontos (ser), sino el cruce de un aspecto muy específico de la semiología (el mensaje) y uno central de la óntica (distíngase por favor de la ontología), ese concepto confuso que para mis fines lo voy a definir como “ser sin sentido; ni horizonte; ser ahí; ser sin más.”
Así, pues, será una reflexión semióntica.
Me impresionó en el prólogo que le hiciera a Carlos Schulmaister sobre los intelectuales, que el tema del discurso y el narrador, se haya detenido, como línea de exploración, en algún punto de los intereses intelectuales dominantes, al menos hasta donde yo conozco. En la retoma de este hilo, por demás fascinante, y que estoy seguro profundizarán autores más lúcidos que yo en todos los terrenos, con más garras que las mías y superando en mucho mi estrechez de miras, sólo temo recaer en la trampa de las simplezas dualistas de nuestra cultura. Sé que al hablar de mensaje y mensajero, excluyo a otros componentes de la mirada epistémica: el lugar (locus), el sentido (telos), el origen (arché), la cultura (modus), el espíritu (spirit), la historia (tempo), la identidad (ego), la diferencia (alter), etc. Pero asumo el riesgo.
Hay cuatro situaciones que se pueden percibir desde esta perspectiva que ofrezco al debate:
1. Los escritores: (No importa aquí si son originales o no en sus mensajes) son los que usan y abusan de los discursos, en particular los escritos. No hay en ello distinciones entre ideólogos, pensadores, investigadores, científicos, teólogos, espiritualistas, etc. Los biógrafos saben bien a lo que me refiero, cuando separan el impacto de los credos, no importa si a favor o en contra de ellos, de la vida de los autores. Alguien dijo, una vez, con justicia, que nadie es un héroe para su sirviente. Entiendo que al esclavo no le importa, sea porque no le entiende o no le cree, el discurso de su amo. No está envuelto en el efecto discursivo, está pendiente de un cuerpo que exige reposo y placeres. La vida de un autor no influye, ni condiciona lo que piensa, se dice desde Sócrates hasta nuestros días. Quizás sólo los psicoanalistas hagan algunas conexiones que lleven del uno a lo otro. Pero dentro de la galaxia de discursos, son marginales estas lecturas. El mensajero se oculta, por defecto, en el mensaje. Los discursos son banderas, digamos relevables, no importa si quien las lleva tiene las manos limpias o no; lo importante es que viajen y expliquen. Biográficamente, el escritor o la escritora, en el tiempo (y según la perspectiva del historiador) cambia y suele ser muchas personas, acusando la tensión de un sujeto que se presenta como homogéneo, cuando en verdad le vemos las líneas discontinuas que lo fragmentan y lo interrumpen, al mismo tiempo que lo hacen correr, como ese fenómeno que ocurre con los rayos láser o las ondas de radios, fácilmente explicables hoy por las teorías del caos. Y es igual también con los textos, como demostró Barthes y los espacios en blancos que separan y unen al mismo tiempo su escritura. Es decir, está tan fragmentado (nunca son iguales a sí mismos) el mensaje como el mensajero. ¿Se puede juntar lo que no se ha separado jamás? ¿O tal separación siempre ha sido una ilusión, de tal manera que es inútil exigir una reconciliación?
2. Los artistas: Al revés de los anteriores, en ellos, el exceso de yoes, productos del creador, funcionan como la información hoy, cuya cantidad sirve para ocultar, sepultada por avalanchas y toneladas de criaturas, nunca sabemos nada del narrador “real”. El yo se oculta, en estos casos, por exceso, pero sigue en el mensaje.
3. Los sabios. El mensaje coincide con el mensajero. Y al hacerlo, desaparecen ambos términos. La conciencia, fuente de separación, se disuelve junto con el ser dividido. Ya en manos del poder, el modelo se vuelve imperativo y se yergue sobre sí mismo. Los fundadores de las religiones y las culturas (Sócrates, Lao Tse, Buda, Confucio, Cristo, Mahoma y Moisés) son el testimonio de los casos, junto a algunas excepciones de héroes y heroínas (Gandhi, el Ché, Juana de Arco, Tupac Amaru, etc).
4. La gente “común y corriente”. Nosotros (permitid ubicarme en este piso) sí estamos claramente separados de un discurso que nos llega siempre de afuera y de extraños. Vivimos en discursos de otros, somos actores (villanos en unos, verdugos en otros; indiferentes en estos, beligerantes en aquellos) de los discursos de las tres categorías anteriores. Pero también los asumimos como propios, de modo incompleto, fragmentario e híbrido, traicionándolo todos los días y usándolo para justificaciones y enfrentar a un adversario que está hecho del mismo material que nosotros. No los creamos, pero los hacemos nuestros. También somos nuestra propia creación performativa en el sentido que le da Castoriadis y Maturana (autopoiesis) cada uno de ellos por su lado (desde el punto de vista óntico el uno y desde la naturaleza el otro). Somos hibrideces creadoras (prescindiendo así de conciencia y representantes) en el sentido anarquista, a punta de lucha y estrategias entre desiguales en mundos ilusos. Sin duda, somos universos autocontenidos, fuera de los cuales estamos lo que somos de verdad: un agujero.
¿Qué quise decir?: cuatro cosas sencillas:
a) La eficacia de los intelectuales, y la consiguiente absolución de sus faltas, se basa en separar el mensaje del mensajero. Este es el principio: Los soñadores pueden fracasar, pero los sueños nunca.
b) Sólo los sabios (y algunos héroes) han borrado al mismo tiempo al mensaje y al mensajero, reuniendo en sí mismos una sola “cosa” mística, intransmisible e indescriptible.
c) Cuando las personas como “uno”, comunes y corrientes, armonizan el mensaje con el mensajero conocen, sin enterarse porque no les importa, y sólo por el momento que les concede el equilibrio, lo que llaman tranquilidad, serenidad, paz.
d) La mayoría vivimos alejados del equilibrio y es bueno que así sea, porque nada honra tanto la virtud de un mensaje como traicionarlo, escamotearlo, calcularlo, engañarlo, adularlo, calumniarlo, desobedecerlo, traducirlo, regularlo, recortarlo, ajustarlo, interpretarlo, juzgarlo, o negarlo, todos los días.
1 comment:
Despues de leer el texto he confirmado lo siguiente:
"LANPHEAR, J.
Mr. Quezada has applied to the Court for Post Conviction Relief
pursuant to R.I.G.L § 10-9.1. The State consented to post conviction relief. The Court
has carefully considered the documentation submitted by the parties and conducted an
independent review of transcript, case file and the statutory law.
Travel and Facts
Freddy Quezada was arrested for possession of marijuana with intent to deliver,
and delivery of a controlled substance, on January 12, 2001. On August 9, 2001 Mr.
Quezada pled nolo contendere and received a four year suspended sentence. Though Mr.
Quezada was sentenced by a learned and distinguished member of this Court, a review of
the transcript indicates that he was not provided with an immigration warning during the
plea colloquy."
http://209.85.215.104/search?q=cache:f3mAoRrLx0MJ:www.courts.state.ri.us/superior/pdf/07-2802.pdf+freddy+quezada&hl=en&ct=clnk&cd=2&gl=us&client=firefox-a
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