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Sunday, September 03, 2006

Liderazgos y cultura popular (II Parte)

LIDERAZGOS Y CULTURA POPULAR

(II PARTE)

EL LIBERALISMO MODERNO

Por Freddy Quezada

Las elecciones son la confirmación alegre que, definitivamente, pesan más las soluciones que los problemas, aunque estos no se diagnostiquen primero, o se inventen absurdamente después, para justificar la novedad e ineditud de las salidas ofrecidas. Al más pintado de los escépticos y cínicos, se le doblarían las piernas, ante las ilusiones que saturan el ambiente electoral en Nicaragua. Uno deseara que fueran realidad tantas promesas pero, como dijo Lenin, después de oír la “Apassionata” de Beethoven: “...no me conviene oír música demasiado a menudo. Influye sobre el sistema nervioso y uno quisiera decir tonterías y acariciar la cabeza de unas personas que viven en un infierno y son capaces, sin embargo, de crear tal hermosura” -- y terminar manifestando, sin los modales políticamente correctos de las almas delicadas -- “Pero hoy en día no se puede acariciar a nadie la cabeza – le arrancarían a uno la mano a bocados. Hay que golpear las cabezas, golpearlas sin piedad...”.


El neoliberalismo mundial, como escuela, le permitió a los liberales en Nicaragua, recuperarse a partir del desencanto con el sandinismo y con la derrota del socialismo en general. Su repunte con el Dr. Arnoldo Alemán, un líder nato, conocido por su tozudez y campechanería, sobre los escombros de una alianza variopinta (UNO), logró estructurar, junto a varios profesionales, una red de militantes barriales, simpatizantes y colaboradores impresionante, que terminó por hacerse con el poder a través de las elecciones de 1996. Su continuidad con el Ing. Bolaños y posterior ruptura, lo hizo entrar en crisis y terminar en un enfrentamiento de líderes contra líderes.

José Rizo y Arnoldo Alemán (uno de corte académico y el otro de corte populista) son líderes de un partido formal, de masas, en efecto, que cuenta con una buena estructura partidaria, cadena de mandos y estructuras superiores sólidas. Tiene apoyo en barrios y municipios y cuenta con sectores orgánicos medios, bajos y muy bajos.

A diferencia de los sandinistas, entre los liberales no hay héroes ni artistas. Defienden un programa simple basado, en lo económico, en un mercado demasiado perfecto para ser cierto y, en lo político, una democracia vegetariana demasiado buena para ser real. Los liberales son líderes, caudillos o no, que compiten entre ellos con las mismas astucias, trampas y habilidades con las que compiten contra sus adversarios ideológicos. Según las encuestas, José Rizo está muy por debajo de Eduardo Montealegre.

En términos políticos, la pregunta que gravita sobre todos, es: ¿Eduardo Montealegre se unirá al PLC o a la inversa? Quizás todo dependa de la fuerza en la negociación que muestre la Embajada de EEUU y las debilidades acusadas por Alemán frente al sandinismo con el pacto, así como las señales de rendición que pueda enviar por el acoso desde Panamá, para determinar quien doblará el brazo a quién, entre los liberales. Los gringos saben hacer estas cosas con rapidez. Todo debe resolverse para la primera vuelta, porque las apuestas están a favor de Daniel Ortega. “No hay mañana”, como dicen en béisbol.

Además, en la medida que nos acercamos a la hora cero, estamos observando desprendimientos tránsfugas horizontales entre partidos afines ideológicamente (dentro de liberales y dentro de sandinistas, pasándose de un subgrupo de familia a otro, espectacularizando las deserciones), y amagos verticales entre los partidos antipactistas de canibalizarse entre sí.


¿Quién hace más daño, el MRS al FSLN o ALN al PLC? Desde el punto de vista absoluto el ALN, sin duda, al PLC. Pero desde el punto de vista de las oportunidades, el MRS al FSLN, sobre todo si el FSLN no alcanza a ganar en primera vuelta, por los votos que le rehusará el MRS.

I. MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERALES

Eduardo Montealegre, el otro liberal, es el hombre de los medios de comunicación. Y tiene oportunidad de ganar por estrecho margen en la primera vuelta, sin el complemento del PLC, si y solo si, logra manejarse entre todos los medios de comunicación con una pequeña y sólida base real militante e inteligente.

Los medios de comunicación en cualquier parte del mundo, y hoy más que nunca por su esencia globalizadora, son deliberantes y beligerantes y, como el dinero que nació siendo un medio de pago, y ahora no lo es, los medios ya no son medios en ningún sentido de la palabra. Son jueces y consejeros frente a los desilustrados y, frente a los ilustrados como ellos (a veces expertos), son interrogadores y más para juzgar, controlar y seducir, que realmente para saber.

En este sentido, Carlos Fernando Chamorro y Laura de América, por ejemplo, no se distinguen entre ellos, más que por el tipo de audiencias, arrasando Laura de lejos a Carlos Fernando, por supuesto. El poder del número (Laura) obviamente se impone, pero es la cultura del experto (Carlos Fernando), el comentario del sabio, la recomendación del profesional, el diálogo amable de adversarios nobles, lo que respetamos, los pocos que lo vemos.

Con todo, la actitud de ambos y la relación de poder que guardan con las audiencias es la misma. Los medios son los continuadores y rompedores, al mismo tiempo, de los partidos políticos y las iglesias. Ellos se sienten, y lo están de verdad, por encima de todos. Con sus imaginarios de acción todo lo simplifican, mientras la complejidad, para ellos, los paraliza.

No son el segundo poder, como dice Ignacio Ramonet, sino el primero. Son como aquellos seres cabezones, pero débiles, de El Planeta de los Simios, que los engañaban, y hacían matarse entre sí, con las poderosas ilusiones mentales que creaban.

II. PUBLICIDAD Y POLÍTICA

Hablamos, como ya deben sospechar, de la publicidad en política. Desde este punto de vista, hay tres cosas que un equipo debe conjugar y ofrecer como deseable a las audiencias u opinión pública sobre sus candidatos: a) las encuestas, b) la televisión y c) el “gusto” de las masas. Las tres guardan una relación estrecha entre sí y quien sepa tenerlas a su favor, ganará, no importa si no encabeza las encuestas, pero es fotogénico, tiene buena voz, amigo de las cámaras y le cae simpático o neutral a la gente común y corriente.


a) Las encuestas, fuera de que son fotos que no duran más de 48 horas, anulan su efecto o reimpulsan otra tendencia, apenas son recién publicitadas, porque el tiempo empleado en procesarlas, es el que cambia todo de nuevo, como el mapa de Jorge Luis Borges que, mientras se terminaba el censo, ya había nacido otro niño y muerto otra persona, alterando todo y haciendo imposible ni siquiera empezar. Las encuestas sólo sirven para construir un imaginario entre todos los contendientes que, por el sólo hecho de abrazarlas, modifican todo, como una especie de profecías auto cumplidas que se impulsan a sí mismas, describiendo una trayectoria que le parece extraña a todos, porque no se reconocen en ella.

b) La televisión es el otro recurso poderoso. Desde el debate entre Richard Nixon y John Kennedy, sabemos que las batallas electorales se ganan en la televisión y no en las calles. La ventaja la llevan aquí las estaciones abiertas y gratuitas de mayor cobertura, el canal 2 y el canal 8, favorables a Eduardo Montealegre; en segundo orden, el canal 10 y el canal 4, favorables al FSLN y, por último, el canal 12 al PLC. La prensa escrita es para ilustrados muy pequeños, que no pesan en términos numéricos, aunque en algunos casos justifiquen agendas y cultiven
profundizaciones en las páginas de opinión. La radio es para sectores agrarios muy desconectados entre sí y lejos de fuentes de energía eléctrica, para gente en movimiento continuo como conductores, amas de casa y aficionados.

c) El “gusto” de las masas. Es una cosa construida de modo rápido, superficial y ligero, amalgamada sobre residuos de tradiciones agrarias, rutinas de seminanalfabetos suburbanos, preferencias musicales callejeras y populares, religiosidad pagana y deportiva, deslumbramiento de sectores plebeyos por los medios audiovisuales, exceso de energía de jóvenes barriales desempleados, etc; todo retenido, procesado, editado y proyectado por los medios de comunicación a través de nuevos géneros musicales eróticos y agresivos, prensa del corazón, telenovelas, talk y reality Show, nota roja, cine de acción barato y universal, técnicas MTV, deportes, etc. También se ha construido a contraluz de la cultura de élite o alta cultura. La cultura de masas no es más que cultura popular
+ medios de comunicación.

Para integrar estas tres cosas, el que quiera ganar deberá saber si por televisión, un guiño, un gesto, una musiquita pegajosa, una vulgaridad, halaga el gusto de las masas, construido por los medios mismos, y si “pega”, después, hay que medirlo con las encuestas hasta el último minuto, al pie de las urnas, si es permitido.

Mientras la Televisión, en términos generales, la tiene Eduardo Montealegre, las encuestas las encabeza Daniel Ortega y el gusto popular lo dominan los Mejía Godoy, sabiendo que no es ninguna ganga resolver los graves problemas sociales para el ganador, nos interrogamos, como Claudio (Leghorn), ese gallón de las caricaturas, orgulloso de su soltería que, para derrotar al perro, su eterno rival, que finge cortejar a la señorita Patsy, se casa con ella y, entre arrumacos y suspiros de la gallinita, en medio de la iglesia, se dice eufórico: ¡Gané!, para después serenamente expresar, gané y, terminar viendo a las cámaras con su cresta triste y paperas contritas, preguntándose: ¿Gané?



1 comment:

iagê said...

Un retrato de las elecciones tambien en Brasil.

Saludos desde Porto Alegre,

iagê.