ULITEO LA PAGINA DE "NADIE" (ULISES) Y DE "TODOS" (PROTEO)

Friday, March 30, 2007

¿Brasil vs Venezuela?

ETANOL VS PETROLEO
Por Freddy Quezada

Los políticos cuando doblan repican. Es parte de su oficio. Al inaugurarse el Ingenio azucarero "Victoria de Julio", obsequiado por el pueblo cubano (en verdad por Fidel Castro) al gobierno de Nicaragua (en realidad al FSLN), el propio Daniel Ortega, entonces también presidente, se deshizo en elogios esa vez sobre las propiedades de la caña de azúcar y sus subproductos, en especial los alcoholes carburantes y hablaba incluso de exportarlo en el esquema agroindustrial que dominaba entonces.El proyecto, como se sabe, junto a los otros dos ("Valle de Sébaco" y "Chiltepe"), considerados como los proyectos de punta de una agroindustria a escala, fracasaron. El ingenio, recuerdo, fue desmantelado, vendido y subastado en unos oscuros procesos de compra y venta de maquinarias, tierras e infraestructura (hasta el lago artificial y la represa de "Las Canoas" fueron incluidos en el combo) que terminaron sirviendo a los arroceros, por casualidad negocio al que empezaron a migrar los sandinistas que constituyeron después lo que llamo hoy la "burguesía nacionalista de Nicaragua".
Curioso también que cuando vinieron las autoridades cubanas a inaugurarlo hayan dicho todo lo contrario de lo que escribió Fidel Castro en el Gramma del 28 de marzo de este año ("en Cuba el empleo de tal tecnología para la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña de azúcar no constituye más que un sueño o un desvarío de los que se ilusionan con esa idea".)
Ahora resulta que el etanol le quitará agua y alimentos a los pobres para alimentar autos de los ricos. Se dice que el maíz en México subió de precio por dedicarlo en gran parte a la producción de etanol; que en Nicaragua puede ocasionar un monocultivo; que ha desertificado otros países, etc. En el editorial del 30 de Marzo, La Prensa se encarga de reproducir los discursos casi idénticos de Hugo Chávez y Daniel Ortega sobre este asunto, pero en realidad el autor intelectual es Castro (véase su artículo en Granma del 28 de marzo, que de seguro ya manejaban con anterioridad el presidente venezolano y el nicaragüense).

En los ochenta, al contrario, los sandinistas decían que le iban a agregar valor a la caña de azúcar (El grupo Pellas estaba contemplado en estos subsidios) para desarrollar al país en beneficio de los explotados. Como sucede con el Cardenal Obando, lo que ayer era bueno, hoy es malo. Hoy es otra cosa la que se busca.
Pasa que, cuando hay objetivos políticos, empiezan los discursos a batallar entre ellos, para lograrlos. La ciencia, la técnica y las disciplinas varias, se convierten en sirvientas y cortesanas de los grupos rivales, como cuando en esas series televisivas de justicia, un abogado anula a un perito con otro. Que importa que los gatos sean blancos o negros, dicen los chinos, si lo que nos interesa es que cazen ratones.
Se dice que el etanol también puede ser producido por palma africana, tempate e higuerillas. El ingeniero Roberto Rondón, formulador de un proyecto en el MAG FOR, y en base a investigaciones de campo, aseguró el año pasado que "con la siembra de 167 mil hectáreas de palma africana Nicaragua puede llegar a sustituir toda la importación de diesel" (END, 27/06/06).
Sea cierto o no lo del etanol, todo proyecto siempre hace un cálculo de ventajas y desventajas, y se decide por lo que representa menos riesgos, y beneficia al mayor número de personas, un poco como el principio de Bentham.
Pero lo que quiero trabajar es la relación política que hay detrás de todo esto. Mañana puede ser otro el motivo que los actores rivales elijan para enfrentarse. El etanol y el petróleo son pretextos de gobiernos adversarios y lo que está claro es la rivalidad, al menos para América Latina, entre la administración norteamericana y el gobierno venezolano. Aquel no tiene un programa regional sólido, coherente y de largo aliento (como lo fue la "Alianza para el Progreso") y éste no logra consolidar todavía un texto programático (tipo Libro Verde de Kadaffi o Libro Rojo de Mao) de su "socialismo del siglo XXI", que al parecer están elaborando a todo tren los escasos intelectuales de relieve que lo apoyan.
Al parecer, EEUU está siguiendo una vieja idea que denunciaron los marxistas norteamericanos de finales de los sesenta y comienzos de los setenta (a través de revistas como New Left Review, Monthly Review, Socialist Register, Marxism Today, Perspectiva Mundial, etc) que Brasil siempre ha tenido un perfil subimperialista que bien puede, si EEUU logra seducirlo, servir como un gendarme regional que vele por sus intereses ante el subcontinente. La salvedad hoy es que se encuentra gobernado por un partido de izquierda oscilante y burocratizado y que, si logra un acuerdo provisional provechoso (el etanol es parte del cálculo), puede atemperar como una suerte de Caballo de Troya, porque hablan el mismo lenguaje, el discurso de sus hermanos y primos políticos venezolanos, argentinos, bolivianos, chilenos y nicaragüenses, buscando como siempre aislar a los cubanos. Pero necesita un plan de gran alcance que al parecer EEUU está empezando a estudiar.

No sabemos que pasará en este enfrentamiento de un populismo gaseoso y desordenado, y un neoliberalismo desconcertado y a la defensiva. Lo que al menos yo sé, es que las multitudes queer, como se les conoce ahora a esa variada presencia de actores desempoderados, pero en lucha contra el Imperio (asociado con esa obra célebre de Toni Negri y Michael Hardt), no tocan ni un pito en esta fiesta. Y no hay necesidad de hablar en nombre de ellos; no piden ni necesitan ser representados.

Bien saben defenderse a través de las armas del débil (Scott), las estrategias subalternas (hacer como si obedecieran, cumplieran, honraran y celebraran al hegemónico pero, apenas ofrecen la espalda, lo desautorizan), las tácticas del silencio para desorientar al curioso, etc, todos recursos contra el que odian, envidian o temen; a través también de estrategias hermenéuticas y polisémicas hacia quienes obedecen, en quienes creen y dicen amar. Es una tentación desear que se liquiden entre ellos para aprovecharnos de sus ruinas.

Monday, March 19, 2007

Dos bolas y un strike

COMENTARIOS AL ARTICULO "LA BATALLA DE AMERICA LATINA"
DE FERNANDO MIRES
Por Freddy Quezada

Para los lectores de este blog, les presento unos comentarios sobre un excelente artículo de mi amigo Fernando Mires, del que a su vez son comentarios de otro de Jorge Castañeda, ex ministro de relaciones exteriores de México, de donde toma el título original: "La batalla de América Latina", a propósito de la emergencia de los nuevos gobiernos de izquierda latinoamericana.

Fernando Mires es un historiador de origen chileno que reside en Alemania. Tuve una polémica amistosa con él hace unos años. Ahora celebro, saludo y me descubro ante este nuevo trabajo, muy oportuno y polémico como siempre.

Detrás de las tres tesis con las que Mires responde a Castañeda, está la idea de “onda larga” de la escuela histórica de los anales de Febvre y Bloch, es decir, esa idea que, a la larga, las cosas no son tan dramáticas como se presentan y parecen. “A la larga todos estaremos muertos”, se burlan de esta perspectiva, ahora, sus enemigos. Pero, en verdad, lo que está detrás es el problema de los fines de la historia y la de los anales no es más que una versión rebajada y vergonzante de la hegeliana. En la onda larga es más cómodo manejarse, sin duda, pero si privamos de fines a esa onda (porque nadie sabe dónde vamos) nos regresa otra vez al presente y desde ahí declaramos con modestia no saber, más que en términos de probabilidades muy frágiles, lo que ocurrirá. La onda larga, pues, es el suelo epistemológico en que se mueve Mires, una onda que parece decirnos que todo se repite y que el horizonte se mantiene esperándonos.

Ahora veamos las tesis, una por una, cuyo desarrollo pormenorizado se puede ver en el link indicado arriba.

1.- La contradicción democracia-dictadura no sólo es latinoamericana, sino que ha aparecido en la escena como consecuencia de una contrarrevolución antidemocrática internacional que comenzó a tomar forma después de la caída del llamado colapso del comunismo y del fin de la Guerra Fría.

Bola 1: Todas las tesis no sé por qué me recuerdan esa superficialidad que empleaban los trotskistas que, desde la IV Internacional, en dos cuartillas de sus revistas analizaban las fuerza internacionales donde, al final del cuadro, si las cosas no eran mejores era porque ellos aún no entraban en escena; pero si ellos tuvieran fuerzas. Un día de estos, decían....

Pero, dentro de sus ligerezas, los trotskos decían algo que siempre me pareció razonable. La democracia y la dictadura no son dos entidades separadas, simples y opuestas, donde se presenta una ilusión que nos hace fácilmente elegir (ya sólo decir “democracia” cargada de positividad, me sesga contra una “dictadura” cargada de perversidad; la elección ya está tomada desde antes que comience la demostración). La democracia es una relación de fuerzas donde dominan unos aspectos del juego del poder y se combinan de manera especial clases y grupos sociales de un modo inestable pero regulado; en la dictadura son otros los grupos, pero ambas descansan sobre un mismo tejido de poder soportadas por agentes sociales diferentes y algunas veces unos mismos sectores sociales que defendieron a una, terminan invocando a la otra (como le suele suceder siempre a la clase media) por lo que sea, desencanto, ingenuidad por cambio de intereses o de mentalidad, por cobardía, por entusiasmo, etc. La democracia y la dictadura, sin duda, exigen precisiones más sociológicas y políticas. Hay muchos grupos sociales nuevos, por ejemplo, pero invisibles, en el discurso clásico (sea el marxista de clases sociales, el liberal de poderes formales o el postmoderno de movimientos y actores sociales), como los narcos, los migrantes, los terroristas, los lumpens, los lavadores, que sostienen a muchos de estos regímenes sean democráticos o dictatoriales. La contrarrevolución antidemocrática es una redundancia que, pese a su eco trotskista, es mejor definirla como la contrarrevolución democrática, (para diferenciarla de las otras tres: prerrevolución, revolución permanente, contrarrevolución abierta, que es a la que parece referirse Mires) ya que es ella la que le permitió al populismo escalar por dentro mejores posiciones. Montesquieu es derrotado en estas áreas latinoamericanas (no en todos los países, desde luego) por Maquiavelo con sus propias armas, discursos e instituciones. La acción contra la norma; el ser contra el deber ser. Incluso, si mal no recuerdo, todavía algunos analistas políticos marxistas usan una suertede tabla maestra para definir regímenes desde lógicas revolucionarias, donde el régimen se define según el acento hegemónico que tengan los poderes del caso. En cualquier caso, el poderoso contra el poderoso. Nada tienen que ver en estos escenarios los desempoderados, de los que no me atrevería a hablar por ellos.


2.- La contradicción democracia-dictadura no es reciente en América Latina. Aquello que es reciente es la forma ideológica que hoy asume.

Strike 1: de acuerdo con mi amigo Mires.

3.- La resolución de la contradicción democracia-dictadura, no dependerá tanto de los conflictos entre diferentes estados, sino que de las luchas democráticas al interior de cada nación, particularmente al interior de Venezuela.

Bola 2: segundo eco trotskista. Lenin y Trotsky se consolaban diciendo, cuando llevaron la revolución socialista a donde menos imaginó Marx (desgarramientos expresados en sus borradores de cartas a Vera Zasulich), a un país agrario y atrasado, que deberían esperar a que la revolución triunfara por lo menos en Alemania (donde parecía inminente) Francia o, más remotamente, Inglaterra. Al fin y al cabo, estos eran los países para los que fue pensada la revolución socialista por anarquistas y marxistas. Había que esperar desde “afuera” en los centros metropolitanos, pues, lo que hoy Mires parece esperar desde “adentro”, en el ombligo del huracán. En ambos casos, es donde las cosas se deciden. Teoría del eslabón fuerte, que no comprendo cómo podría encajar con el “efecto mariposa” de la teoría de alta sensibilidad a las condicionales iniciales en geopolítica internacional.

Saludos, amigo Mires, una taza de café en su honor.

Friday, March 09, 2007

El subsuelo de la opinión

EL SUBSUELO DE LOS ARTICULOS DE OPINIÓN

Por Freddy Quezada

¿Balzac era el que decía que toda persona goza en secreto la caída de quien se cree superior a ella o, al menos, le hace ver en la desgracia su condición de iguales y, por ello, nunca le perdona su ascenso? Nada hay más divertido que reírse de uno mismo, por supuesto, pero cómo uno goza con las críticas, de cualquier tipo, a los demás.

Todos los artículos de opinión, incluyendo este mismo, el de al lado, arriba o los de abajo, se ven formalitos, coherentes, a favor o en contra de lo que sea, o de quien sea. Qué importa lo que digan, si lo divertido es ver las reacciones que provocan en la edición electrónica. Los artículos de opinión impresos, son la punta blanquita de un iceberg, donde debajo, en su edición electrónica, específicamente en la parte donde reaccionan los lectores, circula una cantidad de bilis gratuita, estulticia, calumnias, insultos, especulaciones, elogios inmoderados, servilismo claro y, en poca cantidad, valoraciones objetivas y críticas sensatas, todas amparadas por el anonimato, verdadero poder, en muchos de los casos, que permite el inventarse o poseer un correo electrónico.

En las ediciones de papel impreso, todas esas reacciones no se miran. Incluso muchos de los propios autores de artículos y editoriales en los periódicos, no saben que existen o, sabiéndolo, ignoran cómo llegar a ellos “en línea”. Y cuando creen que han impactado a un gran auditorio al que les ha hecho formarse una opinión desde sus propias ideas y cuando caminan por las nubes con un ego terrible, se estrellan de pronto con la asombrosa variedad de opiniones que encuentran en las reacciones interactivas de las ediciones electrónicas. El que se tenga por delicado y altamente sensible ni que se asome, porque corre el riesgo de ver derrumbarse toda su autoestima. Y no se crean, por favor, árboles con frutos para justificar las pedradas, ni ese lugar común de "Sancho, ladran, es que cabalgamos".

Lo peor que les puede pasar es que no encuentren reactores. Me pregunto si no será mejor, en esos casos, que estas damas y caballeros se reenvíen a sí mismos, con seudónimos, los más duros comentarios a sus propios artículos, y consolarse participando así en este vértigo divertido, como esos matrimonios aburridos que, para excitarse, fingen ser otros en la ejecución de las más eróticas y deliciosas infidelidades.

Alguien dice, en uno de los ejemplos más moderados que pude seleccionar, reaccionando a un artículo de una escritora connotada, que el presidente Daniel Ortega debió regalar al presidente Chávez los “manuscritos de Jaime Wheelock” y no los de Rubén Darío y, otro, más adelante, le responde, ya sin aludir al texto de origen: “mejor la pistola con la que se secaba el pelo”.


Hay en las reacciones de los lectores anónimos, un ejercicio impune de desacralización de la escritura (como de la que hablaba el recién fallecido Baudrillard) y de los escritores que son como campeonatos de lucha en el lodo o “molotera”, como le llamaban los niños a ese juego donde, primero lenta e individual y después colectiva y desordenadamente, se lanzaban encima unos de otros hasta terminar haciendo una pirámide humana.

Los comentarios, con todo, tienen la virtud de ser sinceros. Su poder les llega de su anonimato, como los que tiene el número cuando se sabe protegido. Al emitir un juicio destructivo, se hace con la alevosía y ventaja que brinda el anonimato o el seudónimo, que permiten la sinceridad de la descarga. No pasa ni en la radio ni en la televisión, a menos que, en vivo, los programas dejen el teléfono libre, cosa que ya casi no hacen. Uno, pues, debe tener la piel dura para saberse blanco de feria, como cuando le disparan al patito. O bajar a visitarlos y responderles en su terreno a tirios y troyanos.

Se dicen cosas impublicables e increíblemente groseras, en las pestañas interactivas, pero también complementos y críticas, algunas veces interesantes, de los textos aludidos que, cuando empiezan a dialogar entre ellos, olvidando el motivo del texto original, se genera un tejido intertextual fabuloso, muy parecido a lo que sucede en la vida real, sin llegar a coincidir con ella, donde están indisolublemente unidas la pasión y la razón, el poder y el saber.

Me recuerda que la razón sigue siendo sirvienta de las pasiones. Arriba, en el iceberg, está la sinceridad formal, la coherencia demostrativa y angustiada por objetivos; abajo, en el foso, la sinceridad de las pasiones desde las más altas hasta las más bajas y rastreras.

Una parentela en gran parte con lo que se cree que son los iletrados, tan despreciados y que, en este nivel, se les parece. Pasa que los verdaderos desilustrados, no leen y los que medio lo hacen, prefieren deportes, la cartelera, sucesos y los clasificados y poco les importa lo que discutan personas educadas que saben leer y escribir muy bien, donde unos usan una razón hipócrita y otros una pasión bocatera, para imponerse.

En la edición electrónica, son las plumas más notorias a las que disparan sin misericordia y con las poco conocidas (que dicen cosas de interés público) son generalmente más considerados y participativos. No está lejano el día en que el blanco sean las constituciones, decretos y leyes y no simples artículos de opinión, desde un círculo nacional de participantes cuyos resultados sean vinculantes. Será una democracia directa electrónica: un anarquismo postmoderno. Así se unirán el saber, el poder y el número.

Ahora, por favor, permitid calzar mis botas de fatiga, subir mi carcaj, colocar muy bien mi escudo y levantar mi hacha de guerra, que revisaré con alegría y diversión estas babosadas en la edición electrónica para responder a los enmascarados y saludar a los críticos sinceros. Disparen, niñas.

Friday, March 02, 2007

Las revoluciones metalépticas en tiempos anarquistas

DEMOCRACIA DIRECTA Y
ANARQUISMO POSTCOLONIAL

Por Freddy Quezada

Gioconda Belli, cuya fotografía en END me recuerda esas poses fatigosamente ensayadas en los estudios Lumington de Monseñor Lezcano, para hacerle creer a las jovencitas su parecido con Fara Fawcett -- Majors, publicó en la página de opinión de El Nuevo Diario, una serie de artículos sobre el socialismo en América Latina y la democracia directa. De ellos, he sacado en claro tres cosas: a) que la democracia directa en boca de los revolucionarios del socialismo autoritario es una demagogia vieja, pero aún efectiva, al menos para intelectuales ociosos; b) que la democracia directa, tal como la expone Gioconda, todavía está bajo el paradigma de la soberanía bodiniana, la centralización jacobina y el cálculo maquiaveliano de las concepciones modernas y c) cualquiera puede investigar estas cosas en INTERNET yendo, como la propia Belli al parecer, directamente a Google o a la Wikipedia.

Sobre anarquismo, uno se puede pasar años enteros leyendo sobre eso. La INTERNET está en buena parte, saturada, controlada y defendida por ellos.
El reflejo de la democracia directa está vivo, pero prisionero aún, en las constituciones modernas a través de los plebiscitos y referendums. Los modernos de toda laya que definen estos reflejos como residuales, dicen que son recursos extraordinarios y excepcionales, ademá de caros. Todos estos zánganos prefieren los métodos indirectos, delegativos, representativos o, sus disfraces "participativos" y "deliberativos". La democracia indirecta está basada sobre el principio de representación legítima de unas pocas personas en nombre de muchísimas más, que los delegan. Toda esta gente no tiene ni el poder económico ni el político propiamente dicho, el único que tiene es el del número. Aún así, mediadas por la representación, de vez en cuando se hacen sentir de manera brutal por medio de revoluciones o contrarrevoluciones, o por preferencias en arte, música y filmografía, o de forma regulada por medio de votaciones cada cierto tiempo.

El gran recurso que tienen los teóricos modernos contra la democracia directa es el tamaño de las ciudades y el interés económico de la ciudadanía. Dicen que la democracia directa fue efectiva entre las polis griegas y las civitas romanas y conceden incluso que en pequeñas comunidades sin un estado centralizador, como entre campesinos y grupos étnicos, se puede aún ejercer. Pero que la democracia más efectiva sólo es ejercible entre ciudadanos. Benjamín Constant llegó a decir que las personas comunes y corrientes estaban demasiado ocupadas en sobrevivir como para estar pendientes del mundillo político y que esa era una de las razones por las que se hacían representar. El último de los teóricos políticos modernos, Giovanni Sartori, sigue insistiendo en el tamaño de las ciudades modernas para justificar la representación política. De autores como él, seguro que Belli tomó esos ejemplos que los presentan como excepcionales (para confirmar la regla) de Suiza y Canadá, (tendrían que agregar también algunos Estados de EEUU), y cuyo ejercicio es inseparable, según ellos, de altas tasas de educación (como si eso les impidió hacerse las dos guerras más inhumanas de la historia). Se oculta sin duda, la idea que no se necesita aprender a leer y escribir para saberse un sufriente del poder o para creer que se vino a este mundo sólo a obedecer. O que lo necesitamos, para castigar a los responsables de un despotismo y una tiranía.

Sin duda, ese número grandísimo de personas que se invocó para legitimar la representación en los Estados nacionales, o para fundamentar las revoluciones, es el mismo que hoy puede decidir rápida, barata y periódicamente sobre sus propios dirigentes. Las nuevas tecnologías (computadoras en redes, videocámaras diminutas, celulares baratos y masivos, teléfonos satelitales, bancos de datos al alcance de todos, procesadores de alta velocidad para grandísimas cantidades de datos, etc) destruyeron, como demostró David Harvey hace años, el espacio, es decir, el tamaño de las ciudades ya no importa; que los mass media pueden abaratar y hacer periódicas las consultas (como hacen las firmas encuestadoras) para toma de decisiones, al amparo de referendums y plebiscitos, para cualquier fin colectivo, pero sobre todo para controlar a los que nos dirigen y penalizarlos si infringen el pacto de poder, es ya una realidad, ¿quién impide efectuarlas?

Irónicamente no fueron las revoluciones marxistas, ni la historia hegeliana, las que llevaron a las masas al poder, sino que ahora los únicos, a veces muy a pesar suyo, que lo pueden hacer, sean los medios de comunicación.


La representatividad le llegó a la modernidad de la Ilustración inglesa. Primero, apareció como vanguardia, aún en la modalidad rousseauniana de democracia directa con la voluntad general al separarla de la voluntad de la mayoría. Este vanguardismo lo heredará incluso el marxismo agudizado por el leninismo, aunque presionado por un ala anarquista que se refleja en la olvidada frase de Marx que "la emancipación de la clase obrera será obra de la clase obrera misma", donde no figuran intelectuales, ni dirigentes ilustrados, ni vanguardias prometeicas. Curiosamente el único lugar donde los intelectuales en general estarían cómodos hoy, es el único sitio donde se les odia y desconfía profundamente: el anarquismo. Segundo, como democracia entre los representantes por medio de sistemas electorales diversos y controles de poder entre ellos, para no concentrarlo en uno sólo en detrimento de los otros aspirantes tan poderosos como sus iguales. Las dos variantes expulsan y calumnian a una "masa" de personas iguales entre sí que las consideran como ignorantes, ingenuas, incapacitadas, menores de edad, sin especialización política, etc.

Ahora bien, el poder para controlar al poder, al modo anarquista, es una manera de anularlo, de disolverlo cuando no de controlarlo desde el número, desde las mayorías, sin menoscabo de disensos ni diferencias. Es como cuando la razón se aplica a sí misma sus propios fundamentos; se disuelve, se paraliza y vuela en mil pedazos. Daniel Ortega o cualquier otro dirigente de izquierda en el planeta entero, puede decir o prometer lo que se le ocurra o le pique el cutis, ya lo hacen sin el permiso de nadie. Incluso podemos acordarle el crédito, para los que creen a pie juntillas en él, pero nos reservamos el derecho de juzgar los resultados de sus promesas, y si no las cumple en un grado significativo, lo destituiremos sin miramientos. No hay que esperar cuatro años; ya se puede hacer por medio de muestreos aletorios relámpagos de resultados vinculantes. ¿Se va o no?

Viendo así las cosas, esta suerte de anarquismo postmoderno engarza bien con la idea que vivimos en América Latina unas revoluciones, donde las hubo, metalépticas. Es decir, lo que se creyeron efectos de una contradicción entre clases sociales, en realidad fueron las causas de la fundación de una de ellas: las emergentes burguesías nacionalistas. Pero, como en las novelas de Kafka donde las víctimas buscan ansiosamente a sus verdugos, las encuentra en medio de una crisis de los Estados nacionales que, junto a un desarrollo tecnológico exponencial, no tienen un asidero institucional sólido. Tal vez ello explique el inmenso peligro de reeditar unos mesianismos desenfrenados en contextos escépticos.

El fenómeno de las burguesías nacionalistas latinoamericanas, de cuna revolucionaria, quien mejor lo representa es La Muerte de Artemio Cruz, la novela de Carlos Fuentes que fabula la agonía de un revolucionario mexicano que recuerda la acumulación de sus propiedades por medio de crímenes y que termina por constituir esa burguesía nacionalista que los caracteriza. Los sandinistas de alto nivel comparten mucha semejanza con esta configuración. El verdadero nacionalismo lo están mostrando ellos hasta ahora. Nadie más podía hacerlo, pero huérfanos de un Estado nación que les impide sus proyectos, en vez de facilitárselos. Son sopas de pollo sin pollo, como las Maggi. ¿Cómo, ya estamos en comerciales? "Quiere acallar el discurso populista de Daniel Ortega y su esposa? Dele sopitas Maruchan."